En Honduras, la principal herramienta en la distribución de la tierra ha sido la política pública de la reforma agraria. Se estima que entre (1962-1979), «se adjudicaron más de, 400,000 hectáreas que corresponden al 12 por ciento con vocación rústica y 13 por ciento de las familias”.
No obstante, en este proceso las mujeres estuvieran prácticamente ausentes o fueron invisibilizadas, porque la definición del adjudicatario en las dos leyes de reforma agraria de (1962 y 1975) estuvo determinado por el núcleo familiar y el jefe de hogar, generalmente identificado como el hombre, esto ha sido una gran Barrera para las mujeres Rurales.