Pronunciamiento de las mujeres rurales en el marco del Día Internacional de la Mujer

Las mujeres rurales, en el marco del 08 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, seguimos abrazando el triunfo de la primera mujer presidenta, Iris Xiomara Castro Sarmiento, a quien depositamos nuestra confianza para avanzar en la garantía de nuestros derechos humanos y transformar la realidad de dos millones de mujeres rurales que históricamente se nos ha tenido en la pobreza, silencio y empobrecimiento. 
 
Reconocemos que han existido avance en la gestión de la Presidenta, como la derogación de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), el Acuerdo Ministerial 14874-2022, que autoriza la venta y uso de la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia (PAE), pero sólo en casos de violación, limitando el derecho a decidir por nuestros cuerpos e indicando que se necesita ser violentada para acceder a un derecho universal. 
 
Esas limitaciones tienen una dimensión patriarcal, racista y clasista que nos oprime los cuerpos, los territorios y los sueños.  El cruce de estas opresiones ha generado que más del  73% de la población viva en pobreza y el 53% en situación de extrema pobreza y, que solo un 14% de las mujeres rurales tengamos acceso a las tierras, mientras un 35% del territorio está concesionado. 
 
Frente a esta realidad, seguimos considerando que la solidaridad, la sororidad, la resistencia y la protección del ambiente son principios fundamentales para construir un mundo más humano y empático. Para ser posible el sueño de nuestros derechos, las mujeres rurales urgimos de políticas públicas que nos garanticen el acceso a los bienes productivos, programas de acceso a capital semillas, fortalecimiento de las instituciones del sector agrícola y poder ejercer una vida plena, digna y libre de cualquier tipo de violencia.
Bajo estos principios y deseos, las mujeres rurales EXIGIMOS:   

  • A la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), la creación de programas agrícolas para las mujeres rurales, con el fin de permitir la producción de alimentos apegados a la Soberanía Alimentaria y poder garantizar el derecho a la alimentación para las mujeres y familias rurales.
  • Al Instituto Nacional Agrario (INA), la Reforma Agraria Integral y Popular, como una estrategia para priorizar la distribución de tierras para mujeres rurales, y nos permita reconstruir el territorio dentro del marco de la Soberanía Alimentaria
  • A la banca estatal, el acceso a los créditos agrícolas en condiciones diferencias a las mujeres rurales para garantizar los medios de producción y de vida, para el ejercicio de los derechos económicos de las mujeres (acceso a tierra, financiamiento, capital semillas para iniciativas).
  • La urgente organización de espacios intersectoriales, con la participación de instituciones del Estado y las organizaciones de mujeres rurales y urbanas, para impulsar políticas públicas, que garanticen los derechos económicos de las mujeres del área rural y urbana. 
  • Ante la violencia e inseguridad, la pronta aprobación de la Ley Integral Contra las Violencias Hacía las Mujeres, para la prevención de todas las violencias y la obtención de justicia, mediante la construcción de Juzgados Especializados en violencia contra las mujeres. 
  • La urgente necesidad que hacer realidad la implementación del Programa Solidario (CREDIMUJER), para las dos millones de mujeres rurales que habitamos y resistimos en Honduras. 
  • Las mujeres rurales, desde el campo, la huerta, la siembra y la casa, seguiremos denunciando y demandando el cumplimiento de los derechos que nos pertenecen, porque solo con el acceso a los bienes productivos, las mujeres rurales saldremos de la pobreza y la violencia.

Dado en la Ciudad de Tegucigalpa a los ocho días del mes de marzo de 2023.

Ante la violencia y la pobreza, ¡las mujeres exigimos respuestas!

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